¿Sientes un pinchazo en la parte baja de la espalda? ¿Te has quedado «clavado» después de un mal gesto o no puedes estar mucho tiempo de pie sin molestias? Si es así, probablemente estás lidiando con uno de los problemas más frecuentes que vemos en consulta: el dolor lumbar y, por tanto, estás sufriendo un episodio de lumbago o lumbalgia.
¿Qué es exactamente la lumbalgia?
El término «lumbalgia» hace referencia al dolor en la parte baja de la espalda, también conocida como la zona lumbar. Es una dolencia muy común y, en muchos casos, incapacitante.
Podemos diferenciar entre dos tipos:
- Lumbalgia localizada: Dolor centrado exclusivamente en la región lumbar.
- Lumbociática o ciática: Cuando el dolor se irradia desde la zona lumbar hacia la nalga, el muslo e incluso la pierna, afectando el recorrido del nervio ciático.
¿Por qué me duele la espalda? Las causas más comunes del dolor lumbar
Existen muchas causas distintas detrás de ese dolor. Vamos a explicártelas una a una, de forma sencilla, para que entiendas mejor qué puede estar pasándote y cómo abordarlo.
1. Distensión muscular
Es probablemente la causa más común. Ocurre al levantar algo pesado con mala postura (por ejemplo, sin doblar las rodillas) o al hacer un movimiento forzado e inesperado, como evitar una caída. El músculo sufre un estiramiento brusco, y como respuesta, se contrae de forma exagerada, generando una contractura dolorosa.
🔹 ¿Cómo se trata?
Suele mejorar con el paso de los días y con ayuda de analgésicos, calor local, fisioterapia, estiramientos y ejercicios específicos para la zona lumbar.
2. Esguince lumbar
Muy parecido al anterior, pero aquí, además del músculo, se ven afectados los ligamentos de las articulaciones vertebrales. Es como cuando te haces un esguince en el tobillo, pero en la espalda.
🔹 ¿Cómo se nota?
Aparece dolor lumbar, rigidez y sensación de “bloqueo” que puede empeorar al moverte.
🔹 ¿Y el tratamiento?
Similar al de la distensión muscular, aunque puede requerir más tiempo de recuperación.
3. Síndrome facetario
Las vértebras se conectan entre sí a través de pequeñas articulaciones llamadas facetas articulares. Con el tiempo, el sobreesfuerzo, las malas posturas o la artrosis pueden desgastar estas zonas, provocando dolor sobre todo al estar de pie mucho tiempo, tumbado boca abajo o inclinarte hacia adelante (como al lavarte la cara).
🔹 ¿Cómo se trata?
Con fisioterapia, movilidad activa y, en casos más avanzados, infiltraciones o tratamientos como la rizólisis o incluso cirugía.
4. Protrusión discal y hernia discal
Entre las vértebras hay unos “amortiguadores” llamados discos intervertebrales. Si uno de estos discos se desgasta o se desplaza, puede presionar una raíz nerviosa y generar una ciática (dolor que baja por la pierna).
🔹 Síntomas comunes:
Dolor lumbar que se irradia a glúteo, pierna e incluso hasta el pie, acompañado a veces de pérdida de sensibilidad o fuerza.
🔹 Tratamiento:
Desde fisioterapia y ejercicio terapéutico, hasta técnicas invasivas como infiltraciones o cirugía (discectomía), en casos severos.
5. Estenosis de canal
Con los años, los cambios degenerativos en las vértebras y discos pueden estrechar el espacio por donde pasan los nervios, comprimiéndolos.
🔹 ¿Qué provoca?
Dolor, debilidad y sensación de hormigueo en ambas piernas, sobre todo al caminar, lo que se conoce como claudicación neurógena.
🔹 ¿Cómo se maneja?
Aunque la fisioterapia ayuda, en algunos casos se valora cirugía. No obstante, es una decisión delicada y no siempre garantiza resultados definitivos.
6. Espondilólisis y espondilolistesis
En personas jóvenes y deportistas, a veces se produce una pequeña fractura por sobrecarga en la parte posterior de la vértebra. Si hay desplazamiento entre vértebras, hablamos de espondilolistesis.
🔹 ¿Cuándo preocuparse?
Si el desplazamiento es grande (más del 50%) o hay mucha inestabilidad, podría requerirse cirugía.
🔹 ¿Tratamiento habitual?
Reposo relativo, ejercicios de fortalecimiento y técnicas para descargar la zona.
7. Síndrome del piramidal
El músculo piramidal está justo en el glúteo y, en algunas personas, puede comprimir el nervio ciático, provocando una falsa ciática o síndrome del piriforme.
🔹 ¿Cómo diferenciarlo?
El dolor baja por la pierna, pero su origen no está en la columna, sino en el glúteo.
🔹 ¿Tratamiento?
Fisioterapia, estiramientos, punción seca e infiltraciones, si es necesario.
¿Y si no es la espalda?
No todo el dolor lumbar tiene origen musculoesquelético. A veces puede deberse a problemas renales, digestivos o incluso emocionales como el estrés. Por eso, es fundamental hacer un buen diagnóstico clínico, que incluya una entrevista completa, pruebas de imagen (radiografías, resonancias, etc.) y, si hace falta, estudios adicionales.
Conclusión: calma, constancia… y fisioterapia
La zona lumbar es como la transmisión de un coche: si no la cuidas, todo se resiente. Lo bueno es que, con un tratamiento adecuado y un enfoque activo, la mayoría de los dolores lumbares se pueden tratar sin necesidad de cirugía.
En nuestra clínica te ayudamos a entender tu dolor, abordarlo con las herramientas adecuadas y enseñarte a prevenir recaídas. Porque una espalda fuerte es una espalda feliz.